
En
Chalús abandonamos la orilla del Caspio y

desde una altitud por debajo del nivel del mar, ascendemos hasta los 3000
mts. Durante
día y medio remontamos una carretera espectacular encajonada en un cañon formado por el
río. Frondosos bosques e innumerables
áreas de
picnic. La pega es que el tráfico no nos permite disfrutar del paisaje y pasamos más tiempo vigilando el retrovisor, que contemplando las montañas que nos rodean.
Después de 90
kms de
ascensión y cuando las piernas empiezan a flaquear, aparece un inesperado
túnel que nos evita los
últimos 400
mts. de desnivel.
Al otro lado del
túnel comprobamos los efectos

que estas montañas de más de 4000
mts. confieren al paisaje. La cordillera impide que los aires cargados de humedad procedentes del Caspio descarguen una gota de agua en el resto del
país. Este será el
paisaje que nos
acompañará durante unas cuantas semanas.

Tan sólo, la serpenteante imagen de los chopos acompañando el río.
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