
Tras la
desolación de no poder entrar en
Pakistán, nos consolamos con los seis meses de visa que nos conceden para India. Pero la
tramitación es lenta y debemos esperar una semana.

Como
Teherán no ofrece mucho que ver y
además no somos amigos de las grandes ciudades, a la
mínima oportunidad escapamos a las montañas de los alrededores.

En poco más de una hora de
autobús estamos en las faldas de la montaña más alta de
Irán (5.671
mts). Nuestro objetivo no es subir a lo más alto, sino simplemente caminar y olvidarnos por un par de
días del ruido y los aires contaminados de la capital.
Si apenas unas semanas atrás temíamos el calor que pudiera hacer en Irán, la segunda mañana en el lugar nos despierta con una nevada mil metros por encima de nuestras cabezas.

- Huyendo del calor... nos
habrá pillado el invierno?-.
No hay comentarios:
Publicar un comentario