

Con la visa de la India en el bolsillo y tras doce
días sin bicicleta, reanudamos el pedaleo. Nunca nos han gustado las
vías rápidas, pero nos aconsejan que tomemos la
otoban (autopista) en la ruta hacia
Isfahan. Resulta un acierto, pues la carretera alternativa está infestada de camiones. Al menos,
aquí tenemos un par de metros de
arcén para poder evadirnos en nuestros pensamientos.
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